viernes, febrero 26, 2010

Colaboración de Fernando Queirós Armand Ugón para RAPAL Uruguay (*)

La globalización neoliberal, las políticas de apertura comercial de nuestras economías y mercados, el continuo y creciente ajuste estructural, junto con el desembarco de las grandes corporaciones agroalimentarias, nos han impuesto sus leyes y sus reglas que pasan por expoliar la naturaleza, crear desequilibrios, generar enfermedades y hambre, a costa de multiplicar sus ganancias y de hegemonizar las cadenas globales de mercancías de forma integrada, es decir, controlar la producción de materias primas, su procesamiento, su comercialización y el consumo.

Tales son las razones por las cuales estamos ante una hecatombe medioambiental caracterizada por la acelerada deforestación, la erosión de tierras, el crecimiento exacerbado de las ciudades (por emigración rural, entre otras causas), la sobreexplotación de los recursos naturales y el aumento de la inequidad.

No es posible transformar la naturaleza en bienes y servicios eternamente, como lo requiere este modelo globalizado e insustentable. La apropiación de recursos naturales con el fin de convertirlos en mercancías, tiene como única finalidad incrementar la ganancia y el lucro, y comienza a ser cada vez más resistida por los pueblos.

Para leer el artículo entero:
http://www.rapaluruguay.org/organicos/articulos/el_cambio.html

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