miércoles, febrero 18, 2009

Lo que me preocupa de este editorial es que refleja pensamientos obsoletos con respecto a la agricultura convencional industrializada. Ni una palabra sobre los males y entuertos sociales y ambientales causados por este tipo de producción, ni la más mínima visión crítica, y ni una mención sobre la agricultura orgánica.


13-Febrero-2009 | Editorial de El Nuevo Día

A rescatar el agro

Las sombrías revelaciones del Censo Agrícola 2007 del Departamento de Agricultura federal sobre las fuertes pérdidas del sector agrícola del País obligan a una revisión a fondo de ese sector para profesionalizarlo a su máxima capacidad a través de técnicas propias de la agroempresa.

Durante los pasados cinco años –revela el censo– el sector perdió el 11% de sus fincas (de 17,659 a 15,745), el 19% de las cuerdas previamente dedicadas a la agricultura (de 690,867 a 557,528) y el 11% del ingreso bruto agrícola (de $581.54 millones a $515.68 millones), estadísticas suficientes para levantar bandera de alerta sobre la urgencia de definir el futuro del desarrollo agrícola del País.

Lo que no puede provocar tan devastador informe son lamentaciones ni resignación. La mirada debe estar enfocada en la implantación de técnicas modernas agroempresariales, en las que se involucren los pequeños, medianos y grandes agricultores, la academia, las cooperativas y, desde luego, el Gobierno ofreciendo su asesoramiento y asistencia, no en actitudes paternalistas – que sabemos no es lo que necesitan ni quieren los agricultores– sino a través del desarrollo de técnicas, procesos e iniciativas que realcen nuestra agricultura y la eleven a los estándares de competitividad que requiere ese importante sector de nuestra economía.

El nuevo modelo de Unidades de Alta Producción y Calidad anunciado a principios del mes por el secretario de Agricultura, Javier Rivera Aquino, parece un camino adecuado en ese enfoque. La iniciativa, que contará con la colaboración del Recinto Universitario de Mayagüez, busca que cuando menos unos 15,000 agricultores se abran paso en mercados del exterior y encuentren otras alternativas para la comercialización de sus productos.

Para lograr esas metas es de rigor la adopción de tecnologías de avanzada y de modelos de producción y administración que aseguren la calidad de los productos y la consistencia en su producción y mercadeo. Con la unión efectiva de todos los sectores agrícolas podríamos estar en vías de una nueva era para nuestra agricultura.

http://www.elnuevodia.com/diario/columna/531789




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