viernes, diciembre 16, 2005


Fuera el agua de la OMC

Arrecian las críticas contra la entidad que intenta universalizar el neoliberalismo: las actuales negociaciones de la OMC buscan sobre todo la liberalización-privatización de los servicios públicos (en particular del agua) a cambio de algunas ventajas ilusorias en el tema de agricultura


Con la presencia de representantes de organizaciones sociales de todos los continentes, fue lanzada la campana FUERA EL AGUA DE LA OMC en el Centro de Convenciones de la VI Reunión Ministerial de la OMC en Hong Kong. Participaron como oradores Anil Naidoo del Consejo Canadiense (Council of Canadiens), Mike Waghorne de la Internacional de Servicios Publicos (Public Service International), Jose Enrique Africa de IBON Foundation de Filipinas, Heide Grande de Save the Children de Noruega, Gyekye Tanoh de Africa Trade Network y Pablo Solón de la Fundación Solón Bolivia.

Los diferentes oradores mostraron que las actuales negociaciones de la OMC buscan sobre todo la liberalización-privatización de los servicios públicos (en particular del agua) a cambio de algunas ventajas ilusorias en el tema de agricultura.

Mike Waghorne remarco que cuando se compromete en la OMC un servicio como el agua es para siempre. No es posible comprometer para la eternidad un servicio del cual depende la vida. Jose Enrique Africa de Philipinas mostró los graves impactos de la privatización en Filipinas explicando como estos se extenderían a todo el planeta si el agua no se retira de la OMC. Gyekye Tanoh relató cómo las empresas privadas en Ghana siguieron cortando conexiones de agua potable durante la epidemia de cólera que mato a cientos de personas en su país. Anil Naidoo remarco que esta campaña es parte del accionar de cientos de organizaciones que en todo el mundo se movilizan contra la privatización del agua.

Según Heide Grande, gracias a la presión social se había conseguido que el gobierno de Noruega retirara todas sus demandas en la OMC en relación a la liberalización-privatización de los servicios de agua potable.

Pablo Solón planteo que la campana no es solo para retirar el agua de la OMC sino también de todos los acuerdos de libre comercio y los Tratados Bilaterales de Inversiones.

Los expositores explicaron que solo que logrará ese objetivo brindado información, fortaleciendo campañas nacionales contra la privatización, presión social hacia los gobiernos y un fortalecimiento de la coordinación internacional.

Los diferentes oradores explicaron que aunque el desafío es muy grande la posibilidad de victoria es viable debido a que en todos los países la población está muy preocupada por la mercantilización y privatización de un recurso y un servicio del cual depende la vida.

Después de Hong Kong, la campaña se concentrará en los foros sociales mundiales de 2006. En el Foro Mundial del Agua de México se buscará no solo articular a los movimientos sociales sino incidir en los distintos gobiernos.

Protestas por todos lados contra la OMC

Desde que comenzaron las deliberaciones en la ciudad asiática, las protestas contra la OMC no han cesado. Los manifestantes se expresan de diversas maneras. Por ejemplo, marcharon estatuas de hombres famélicos con una vaca muerta, una araña-pulpo con las letras de OMC escritas en su lengua, pequeñas embarcaciones llenas de carteles contra la OMC. Algunos campesinos se arrojaron a las aguas heladas para tratar de llegar a nado al Centro de convenciones de la OMC.

En pleno acto inaugural de la cumbre, delegados de ONGs levantaron letreros que dicen: "La OMC mata campesinos" y Pascal Lami, secretario de la OMC, tuvo que interrumpir su discurso.

La amplia mayoría de los ciudadanos de Hong Kong que se "compraron" el sueño del libre comercio se preguntan: ¿Quién es esa OMC? ¿Por qué tantas criticas al libre comercio? Una respuesta se dio en una marcha del 11 de diciembre, con la presencia de miles de trabajadores migrantes de Filipinas e Indonesia, en particular mujeres trabajadoras del hogar, que todos los domingos se congregan en Victoria Park y en la Estación central para compartir una suerte de "aptapi" sentadas en la calle.

En medio de los rascacielos, las trabajadoras del hogar rompían su tradicional domingo sobre el cemento para sonreír y saludar a la columna de trabajadores migrantes que viene marchando y gritando "los seres humanos no somos mercancías".

Fuente:
Bolpress

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