jueves, junio 17, 2004

El confinamiento del espacio local a las directrices del mercado mundial, por Lucía Gallardo


La mundialización del capital, las mercancías y la tecnología tiene como una de sus bases o pilares principales la re-primarización de las actividades productivas y el control del espacio y conocimientos locales. Pese al auge de las nuevas biotecnologías, las innovaciones tecnológicas continúan dependiendo de la contribución de los recursos y conocimientos de los países y Pueblos de la periferia.

Esta tendencia mundial finalmente se concretó en el 2003 durante Johannesburgo, donde el discurso de conservación de la biodiversidad se conviertió en el marco ideológico a través del cual el Norte y sus transnacionales el control de los recursos de los países de la periferia. Las actuales políticas globales de conservación parten de la mercantilización de la vida en sus distintas expresiones y han limitado los márgenes del ejercicio de soberanía nacional, así como el control del germoplasma a nivel local. Por ello, la conservación de la biodiversidad opera en la esfera comercial y en el ámbito privado. Merece entonces que hagamos un breve repaso de estas nuevas estrategias globales de mercantilización de la Naturaleza, que actúan a escala local y que suponen nuevas formas de re-primarización del trabajo productivo, de apropiación de los saberes y recursos locales y de subordinación de la Naturaleza al lenguaje del capital.

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